sábado, 8 de junio de 2013

VERGÜENZA

Hola a todos,

Escribo esta entrada para contaros lo que vi el pasado viernes de camino a mi facultad.
Primero he de contaros que a lo largo de la semana se habían celebrado los exámenes de Selectividad en la Universidad Complutense, por lo que mi facultad se llenó de chavales por doquier. Durante tres días, cada día que yo iba a la biblioteca a estudiar, los veía por todas partes. Me hizo gracia y me recordó a mi época de selectividad: la tensión, los nervios, el hecho de estar en la Universidad y ver todo aquello tan grande...

Era bonito recordarlo. Sin embargo, el jueves parece que realizaron el último examen y, sin poder ignorar la "celebérrima" tradición juvenil, no se les ocurrió otra cosa que hacer un macrobotellón.
Fue realmente impactante, todo el campus de la Complutense estaba llenísimo. No se veía ni el suelo y además, varios agentes de policía los controlaban para que no hubiese disturbios.
Sintiéndolo mucho, no pude evitar pensar que esos agentes podrían estar haciendo cosas más útiles o ayudando a personas que lo necesitasen más, pero bueno, es mi opinión.

Hasta aquí bien. Quiero decir: Por si no lo habéis notado, yo no bebo, pero lógicamente tengo muchos amigos que sí lo hacen. Lo respeto y no veo nada malo en que cada uno se divierta a su manera. Lo realmente triste llegó después.

Al día siguiente, de camino a la biblioteca, pasé por delante de donde habían estado los chavales la noche anterior y me encontré un paraje desolador:

Metros y metros llenos de basura: Botellas de plástico, botellas de cristal, vasos de plástico, líquido derramado por el césped...

Me quedé un rato contemplándolo porque no podía asimilarlo.

Lo que más me impactó fue una pequeña charca que hay junto a mi edificio. En esa charca hay nenúfares en los que suelen posarse las ranas. Suele haber muchas ranas por ahí y me gustaba durante estos días pararme un rato a contemplarlas y escuchar su croar. La verdad es que me relajaba bastante tras un largo día de estudio, llamadme raro.

Os aseguro que era horrible ver a las pobres ranas saltando entre bolsas de plástico (transparentes, blancas, verdes...), colillas de cigarrillos e incluso vasos de tubo. ¡En el agua de la charca!

Como pude, fui sacando del agua las bolsas y todo lo que estaba a mi alcance, pero realmente me dejó impactado. Ver todo aquel lamentable espectáculo. Todo por un botellón. Lo triste es que no será ni la primera vez ni la última que vea todo eso.

 A mí me han educado de manera que sea limpio y respete los suelos y las calles. Desde que era niño, siempre tiraba el papel del bocadillo a la papelera, e incluso los chicles. Me sabía fatal ensuciar a propósito. Lo triste es que luego me encuentro con gente que tira las colillas de cigarrillos al suelo, o los papeles, los envoltorios...

Realmente, me parece mal en la ciudad, pero... ¿En el campo? Bueno, no es que fuera campo, campo, pero había césped, y además la charca con las ranas.

Lo que más deprimido me dejó fue que no fueron casos aislados. Prácticamente todo el mundo que acudió a ese botellón por la noche tiró sus restos al suelo. Os aseguro que había toneladas de basura allí. Eso me da una pista de la falta de concienciación de la gente. Quizá no lo hagan a mal, simplemente nadie les ha dicho "Oye, eso no se hace". Es realmente triste e indignante, aunque pienso que es de sentido común.

Puede que penséis: "En un botellón no te pones a pensar en el ecosistema, simplemente quieres pasarlo bien". Y yo os diría que es una excusa patética.

Yo en muchas ocasiones me he quedado con un papel o un vaso en la mano y no lo he soltado hasta que no he encontrado una papelera. Ya os he dicho que soy incapaz de ensuciar porque sí.

Quizás penséis que exagero, o que soy raro, pero no sé, realmente me fastidió y cosas como esa que vi el viernes son las que hacen que me avergüence de pertenecer a esta generación.

Una generación que afirma respetar el medio ambiente y los animales, pero luego se comporta de esta manera; una generación que necesita emborracharse para pasarlo bien; una generación de la que no siento formar parte.

Sinceramente, todo eso me hizo pensar, como he hecho muchas veces, en lo muchísimo que me gustaría haber vivido en una época bastante anterior a la actual. Algo como principios del siglo XX (que es mi época literaria favorita) o en Estados Unidos, durante los años 50. Este pensamiento me recordó a dos películas que me gustan mucho, y que os recomiendo si no habéis visto: Midnight in Paris y Pleasentville. Altamente recomendables.

Bueno chicos, muchos de vosotros discreparéis conmigo en esta entrada, pero he mostrado simplemente mi opinión y la indignación y el dolor que sentí al encontrarme aquel lamentable espectáculo.

Sin más dilación me despido hasta la próxima entrada.

James Whitaker.

1 comentario:

  1. No sabía que te gustaba tanto esa charca! Sabes que a mí también? Jajaja. La verdad es que es una pena. Pensé exactamente lo mismo que tú aquellos días...

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