domingo, 8 de marzo de 2015

Mi Erasmus


Hoy quería escribir acerca de una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida: Disfrutar de un Erasmus.
Deseaba conocer gente, correr nuevas aventuras, disfrutar de otro país y sobre todo vivir: vivir experiencias que me convirtiesen en la persona que quiero ser.
Mi vida dio un giro de 180 grados en cuanto lo hice. De pronto estaba en Bélgica, un país totalmente desconocido para mí y para ser más concretos en Gante, ciudad en la que nunca había estado y en la que se hablaba un idioma que desconocía.
Sin embargo, sorprendentemente jamás me sentí nervioso ni asustado sobre esto. Viajé allí con mis padres y estuvimos unos días haciendo turismo por el país, lo cual me supo a vacaciones familiares. Días después, ellos volvieron a España y yo me quedé en Gante, adaptándome a mi nueva habitación.
Miraba por la ventana y disfrutaba de las vistas de uno de los canales del río Lys, el que me acompañaría al despertarme cada mañana.
Estaba ansioso, animado y deseoso de comenzar aquella gran aventura que, sabía, no me decepcionaría.
Había dudado muchísimo antes de llegar allí, pero al aterrizar en Bélgica todo fue mucho más tranquilo. Notaba cómo podía encajar fácilmente en aquel país, y todo lo que veía me impresionaba y me hacía querer conocer aún más.
Me apunté a un curso de holandés, queriendo conocer más sobre aquella cultura, y deseando saberlo y entenderlo todo en aquel país.
Sin embargo, quería dejarme para el final lo más importante de mi estancia allí: Mis amigos.
Inevitablemente, se conoce mucha gente durante un Erasmus, y más viviendo en una residencia como lo hacía yo. Todos son estupendos, y en seguida uno se siente acogido. Me veía rodeado de cientos de personas que eran como yo: Nuevos en aquel país desconocido, deseando conocer gente y mostrando siempre su mejor cara. Sinceramente, pocas veces he encajado tan bien como estando en Gante de Erasmus.
Sin embargo, a pesar de la gente con la que tan bien te llevas, es inevitable tener tu grupo de amigos. Mis amigos en Gante son esas personas con las que podía ser yo mismo, que sentía que eran proyecciones de mí, con sueños parecidos a los míos, y las mismas inquietudes, y un sentido del humor similar. Con ellos siempre me sentía arropado con una capa de confianza y me daba pie a contarles cualquier cosa.
Jorge, Aleix, Irene, Vanessa, Julia, Samantha, Fani, Stef, Nuria, Anabel, Davide, Carolina, Steven, Gema... Muchos son aquellos con los que me he podido sentir yo mismo, y me gustaría mucho volver a verlos a todos. Hay muchos de ellos a los que ya he vuelto a ver, o sé que lo haré pronto, especialmente a los españoles. Pero realmente me gustaría poder verlos a todos, uno por uno y recordar juntos todas aquellas experiencias condensadas en apenas cinco meses de Erasmus: Las noches escuchando Jazz en el Hot Club, las cenas que se acababan alargando horas en nuestras cocinas, la primera vez que vimos nevar en Gante, el inolvidable viaje a Dublín, todas las veces que disfrutábamos de una ración de patatas fritas con salsa Andalouse...


Son recuerdos imborrables que sé me acompañarán mientras viva.
Creo que, realmente cualquiera tiene su "destino ideal" de Erasmus. Quiero decir, las opciones eran muy abundantes. Podría haber elegido Dinamarca, Finlandia, Alemania, Italia, Portugal... Y sin embargo escogí Bélgica como mi destino. Escogí un país en el que nunca había estado porque creo sinceramente que esa es la esencia de un Erasmus. Y dentro de Bélgica, entre las diversas posibilidades acabé escogiendo Gante. No sé qué habría pasado si me hubiesen concedido un destino distinto. Probablemente habría disfrutado igual del Erasmus, habría tenido vivencias distintas y conocido a otra gente... Pero jamás habría conocido a la familia que hice en Gante. Cualquier experiencia vivida en otro país que no fuese Bélgica habrían contribuido a convertirme en una persona distinta a la que soy hoy. Cada día habría ido forjado mi personalidad en otra dirección, y mis vivencias con otras personas igual.
Me asombra mucho pensar en la importancia de las decisiones que tomamos. Cuando se presenta más de un camino en nuestras vidas, al escoger uno nos perdemos todo lo que nos ofrecía el otro, y ya no vuelve esa oportunidad, por eso es muy importante escoger correctamente. Como digo, creo que Gante ha sido mi destino ideal, y siento que he podido llegar al lugar perfecto y en el momento perfecto para conocer a mi gente. Como dice la expresión, 'Once Erasmus, Always Erasmus' (Una vez Erasmus, siempre Erasmus).
Así que, para todos aquellos amigos míos que conocí en Gante, queria recordarles que siempre nos quedará esa maravillosa ciudad, capital de la región de Flandes Oriental; y quería dedicarles la letra de esta canción.



Hace ya tres semanas que mi Erasmus acabó. Decidi volver a casa, y el alicantino está de nuevo en Madrid, para acabar aquí la carrera de Periodismo.
Mi vida dio un giro de 180 grados cuando me fui, pero dio 180 más al regresar, y la verdad, es extraño haber vuelto y ver Madrid tal y como estaba antes y ser yo el que ha cambiado. Fue todo tan repentino, que sigo sintiendo que estoy en Madrid de visita, y que en cualquier momento volveré a Gante, a seguir llamando a mis amigos para cenar en una de las cocinas de la residencia, o seguir llamando a Jorge para hacer la colada, o que Aleix se lleve la guitarra cada vez que quedemos para poder cantar y que me enseñe unos acordes... Pero son cosas que ya no volverán. Mi tiempo de Erasmus pasó porque yo lo decidí así, y aunque me apena enormemente, debo vivir con ello.
Mi nuevo cuarto de Madrid está lleno de fotografías de los meses anteriores, como un símbolo de lo mucho que han significado esos instantes atrapados fugazmente en mi vida. Además, cuento con dos banderas belgas: Una de Bélgica y otra de Flandes, que me ayudarán a que cada mañana al despertarme y verlas, recuerde todo lo vivido allí y sonría.
Ahora toca vivir esta vida. Acabar el curso en Madrid y seguir para adelante. No tengo miedo de lo que pueda venir. Creo que todas mis experiencias me han hecho perder el miedo a lo desconocido, y me siento una persona realmente afortunada de haber podido vivir todo eso siendo tan joven. ¿Quién sabe lo que me depara la vida? ¡Pero aquí estoy para comprobarlo! Gracias por todo lo vivido, chicos.


James Whitaker.